Por:Blanca Lorenet Arbós
Cuando hablamos de nuestro
pueblo, de seguro comentamos es el más limpio y bonito de toda la región, claro,
esto conlleva a una sola cosa, la identidad y el sentido de pertenencia de los
cubanos, pero en honor a la verdad y sin que nadie se ofenda como Santa Cruz
del Norte, no hay. Al menos así nos expresábamos años atrás cuando esta era la
localidad más limpia de toda la comarca.
Calles rectas que conducen
al mar, el olor del aguardiente que siempre nos acompaña y el verde
contrastante de sus paisajes, han sido
motivo de no pocas inspiraciones de poetas, pintores, compositores; características que cautivan a los forasteros
y que no en pocas ocasiones deslumbrados por tal armonía, quedan presos para siempre en este lugar de
la geografía cubana.
Solo hay algo lastimoso en
estos días que atenta contra la belleza natural santacruceña, enormes derrames
de aguas albañales hacen barreras insalvables a los transeúntes y qué decir de la fetidez que de ellas emana?
Sin contar algún que otro entretenido
que pisa, resbala y cae ¿o la contaminación, que a la larga o a la corta
impregna a nuestro entorno?
En los últimos meses las
autoridades sanitarias recalcan sobre la
higiene que debemos mantener tanto en el hogar, como colectiva, por la que
todos debemos velar, eliminando con ella todo tipo de agentes trasmisores de
terribles enfermedades, que en tales condiciones, acechan para infectarnos y que debemos combatir hasta
erradicarlos.
Tal vez los carros asépticos
estén descompuestos, o quizá solo uno preste servicio a toda la comunidad,
comprendemos las limitantes que confronta el país debido al bloqueo que tenemos
impuesto, pero la solución a este problema debe llegar lo antes posible,
recurramos al ingenio del cubano, a las brigadas de la Anir, pongamos el mayor
interés a esta problemática y recalquemos a las autoridades competentes que cuidar de nuestro entorno, representa
salud.
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